martes, 1 de abril de 2008

El Atalayón y Sania Ramel. La Aviación que resistió a la sublevación en el Protectorado








De todos es sabido la importancia que han tenido en la historia reciente de la humanidad los avances aeronáuticos, y conocemos los nombres propios de los grandes héroes de la aviación que lucharon hasta perder la vida por esas grandes potencias económicas y tecnológicas, como son: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania e incluso Italia.

Pero, en nuestro incesante complejo de españoles de a pie y en ese afán por no sacar a flote algunas páginas de la historia de España, no nos hemos dado cuenta de que ninguna de esas potencias de la aviación serían hoy en día nada sin la enorme contribución, en los comienzos de la historia aeronáutica, de las tropas del aire, los aviadores y los ingenieros españoles, sobre todo en el Protectorado español en el Norte de África.

La heroica y eficaz actuación de los aviadores en la larga y penosa guerra que sostuvo nuestro país para pacificar los territorios africanos, apenas es recordada por las generaciones que les han seguido.

Aunque, si nos basamos en cifras y en hechos históricos concretos, es sorprendente la vital importancia de España en el desarrollo aeronáutico que dejará boquiabierto al mundo en el transcurso de las dos devastadoras guerras mundiales.

Sin ir más lejos, los aeródromos de Sania Ramel, en las proximidades de Tetuán, de Arcila en Larache y de Zeluán en Melilla, son junto con el aeródromo de Cuatro Vientos en Madrid, de los primeros campos de aviación militar del mundo y unos de los más importantes y concurridos de la época. Gracias a ellos tiene lugar el 5 de noviembre de 1913, sobre las posiciones rebeldes de Alucien, el primer ataque con bombas desde aviones de la Historia.

De estos históricos aeródromos salieron los valientes aviadores que lucharon, sin apenas medios, en gloriosas contiendas como las de 1913 y 1914 en el protectorado español, el Desastre de Annual en 1921 o el Desembarco de Alhucemas en 1925, demostrando en todas ellas que la Aviación Militar Española se había convertido en un arma de gran contundencia.

Este esfuerzo, sacrifico y heroísmo de los aviadores españoles queda refrendado en distinciones como la Medalla Militar colectiva que recibe el Grupo de Escuadrillas de Aviación de Melilla, las 11 Laureadas de San Fernando otorgadas a distintos pilotos, así como otras muchas condecoraciones al valor y al servicio a la Patria.

Pero sin duda, la acción más señalada y que más honra a los hombres españoles que sobrevolaban el Norte de África escribiendo páginas de sudor y sangre en la Historia de nuestro país, es la acontecida en las leales base de Hidros de Do-Wal de El Atalayón, Melilla, y Aeródromo Sania Ramel, Tetuán, tras la sublevación militar que en el verano de 1936 dio paso a los disparos que incendiarían el mundo con la Guerra Civil española.


La tarde del 17 de julio de 1936 se iniciaba en Melilla el motín militar que pretendía derrocar al Frente Popular y a la República. Hacía dos semanas que el capitán Virgilio Leret Ruiz había aterrizado en la Mar Chica como jefe accidental de la Base de Hidroaviones de El Atalayón.
Más de la cuarta parte de la tropa gozaba del permiso estival y los motores de los hidros Savoia S-16 y los diferentes Dornier estaban desmontados por problemas en los reductores. Aun así, el capitán Leret Ruiz y su pequeño grupo de valientes subordinados salen al paso de las numerosas tropas moras de Regulares y los infantes sublevados que por sorpresa lanzan un duro ataque contra la desguarnecida base.
Hizo falta que se agotasen las municiones, tras más de tres horas de contienda, para que, aun durando el tiroteo y bajo la mirada cercana de su mujer y sus dos hijas, el capitán Virgilio Leret Ruiz, con gran arrojo y sangre fría, saliera al encuentro de los insurrectos y arrojara su revólver vacío a los pies del capitán de Infantería Alfredo Corbalán.

La noticia de estos acontecimientos, en donde tuvieron lugar las dos primeras bajas de la Guerra Civil española, llegó a oídos del comandante Ricardo de la Puente Bahamonde, primo hermano de Franco y jefe de las Fuerzas Aéreas con base en el aeródromo de Sania Ramel, a escasos kilómetros de Tetuán.
De la Puente presupone que esa misma noche será atacado el aeródromo, habida cuenta de que había sido elegido para el aterrizaje del Dragon Rapide que transportaría al General Franco, procedente de Canarias, para tomar el mando de las tropas sublevadas en el Norte de África.
Por eso toma medidas para intentar retrasar la entrada en el aeródromo de los insurgentes y de este modo permanecer fiel a la República. Así, tras detener a los oficiales adeptos al Golpe, envía a uno de sus capitanes con varias camionetas por la carretera de Ceuta, para que las haga volcar en un puente cercano, impidiendo el paso de las tropas amotinadas. Hace iluminar la carretera con los faros del resto de vehículos disponibles e instala cuatro ametralladoras sobre una torreta de la base.
Todo está preparado para hacer frente, en la medida de lo posible, al ejército rebelde, y los 25 hombres a cargo del comandante De la Puente esperan ahora la llegada de las aeronaves de apoyo que el presidente del Gobierno, Casares Quiroga, ha prometido que vendrán desde Madrid, pero que nunca llegaron.
Tras plantar cara a los numerosos efectivos de Regulares de Sáenz de Buruaga, en donde algunos de sus hombres resultaron heridos, De la Puente Bahamonde decide enarbolar la bandera blanca, no sin antes inutilizar los aviones de la base, los míticos Breguet XIX, rompiendo sus depósitos de gasolina, radiadores y trenes de aterrizaje, para que no pudieran ser usados por los aviadores implicados en el motín.

Ambos emplazamientos permanecieron fieles al régimen legítimo y pusieron toda la resistencia posible, en una clara inferioridad, a las fuerzas de sublevación en el Protectorado español. Todos los hombres del aire que defendieron con valentía y honor sus vidas, sus aviones y su Gobierno, fueron fusilados durante la Guerra Civil. Desde entonces y hasta hace escasos años, las voces de la verdad han permanecido en silencio y las páginas de la Historia en blanco, tras muros de falsedad, represión y conformismo. Pero es justo recordar que España tiene un nombre importante en la historia de la aviación y que El Atalayón y Sania Ramel deben ser recuerdo imborrable en la de nuestro país.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi padre fue uno de ese centenar de defensores del Atalayón. Por lo que me contó, algunos de los soldados -y por supuesto mandos- fueron fusilados en días posteriores, además del capitán Leret y los alféreces. Fue el primer encontronazo de la guerra civil.
La Aviacion siempre fue un Ejército liberal que estuvo al servicio de la democracia.
RM

Anónimo dijo...

Todo fue bastante más complejo. Tanto la Aviación Militar como la Aeronáutica Naval se dividieron, igual que el resto de las Armas, con mayoría de jefes y oficiales a favor del Alzamiento. Algunos de los mejores pilotos, como García Morato y Salas, se sublevaron. La división pasó por medio de las familias: un hermano del comandante De la Puente se sublevó y llegó a ser a finales de los Sesenta el Segundo Jefe de la Casa Militar de su primo el Generalísimo. El episodio de Leret tirando el revólver vacío ante Corbalán, en fin, es pura leyenda. La rendición la llevó a cabo el oficial de guardia, que como otros mandos estaba en contra de la resistencia a los Regulares emprendida por Leret y dos alféreces, González y Calvo, ambos por cierto masones. Leret, en fin, fue el responsable de la primera sangre derramada en la guerra civil: un sargento y un soldado de primera del Tábor de Caballería de Regulares 2, que habían desmontado para envolver la base a pie. Esto no es memoria histórica, esto es historia.

Anónimo dijo...

Ultimamente he leido muchísimos
artículos publicados sobre la campaña de marruecos ,pero estoy especialmente interesado en los aviadores que murieron ,tanto en combate como en accidentes, desde el año 1921 al 1922,y en concreto sobre un piloto muerto sobre 1921 el capitán aviador AUGUSTO DE LA PEÑA si alguien sabe de este tema le agradecería su información
gracias