miércoles, 30 de enero de 2008

GESTIÓN DE LA CRISIS DEL VOTO POR CORREO DEL PP EN MELILLA

CRITERIOS – PLAN DE COMUNICACIÓN


1.- Establecer los hechos:


- Qué ha ocurrido, cuando y dónde. La Guardia civil descubre el 14 de marzo del presente, en la investigación a la imprenta Marfeme por presuntas irregularidades en unas etiquetas de productos alimenticios, en la Ciudad autónoma de Melilla, un posible caso de fraude electoral perpetrado por el Partido Popular de la localidad.

- Cómo ha sucedido. El gerente y encargado del gabinete de comunicación del PP en Melilla, Javier Lence, encargó (aun no se sabe si de motu propio o por orden expresa de algún superior de la mesa regional del partido) se dirigió a la citada imprenta para encargar la copia de 1.000 impresos de voto por correo, el cual sólo puede ser dispensado por las oficinas de correos según Ley electoral.

- Por qué ha sucedido. Posible descuido malintencionado y falta de conocimiento de la legislación al respecto. Toma fuerza la teoría de la realización por parte del ejecutivo local de un fraude electoral en las municipales.

- Quién está involucrado. Directamente y en primera instancia Javier Lence, gerente local del PP en Melilla, y con posterioridad, José Imbroda, primo del presidente de la Ciudad Autónoma y tesorero regional del partido. Indirectamente el presidente regional del partido, Arturo Esteban, y el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda. Así como la imagen general del PP regional y por extensión, la del Partido Popular a nivel nacional.

- Qué dicen los medios de comunicación. Difunden con rapidez la noticia del “posible fraude electoral” y piden que se esclarezcan los hechos y que la justicia actúe con rapidez. Que se respeten las leyes y se tomen mayores medidas de control para el control de los votos por correo.


2.- Designar un portavoz principal.

A nivel regional, en vez de designar a una sola persona que integre todos los flujos informativos y evite mensajes distorsionados o contradictorios, se opta por abrir dos frentes: uno formado por el presidente regional del PP, Arturo Esteban, que en todo momento aparece acompañado por el principal imputado y gerente del partido a nivel local, Javier Lence; y otro comandado por el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda. Con esto se pretende lavar la imagen del principal imputado, dar la cara como partido y ver que siguen fuertes, sin fisuras y con el respaldo de toda la comitiva regional, a la par, que se pretende no ensuciar la imagen del gobierno local y conseguir que la gente olvide el incidente viendo los resultados positivos del gobierno de la ciudad.

A nivel nacional, será el secretario regional del PP, Ángel Acebes, el encargado de establecer los canales apropiados y de hablar a los medios como profesional experimentado y conocedor de la entidad y de los propios medios.


3.- Activar el Centro de Coordinación Informativa

Se activa el habitual en Madrid que se mantiene en continuo contacto con la sede regional de Melilla.


4.- Crear un equipo de relación con los medios

A nivel nacional ya está creado y se mantiene el mismo que se utiliza de manera diaria para todo tipo de crisis, conflictos y reveses. A nivel local, el gabinete de comunicación del ayuntamiento y el gobierno local, que pertenecen al PP, se encarga de la relación directa con los medios.


5.- El equipo de comunicación de crisis operativo de manera permanente

Permanecen trabajando permanentemente un equipo en la sede regional de Melilla y otro en la sede central de la calle Génova, ambos en conexión continua, trabajando con los hechos y a la espera de la respuesta de los medios y de la justicia.


RELACIÓN CON LOS MEDIOS

- Credibilidad

- Transparencia

- Planificación


A nivel regional el principal mensaje que se vierte es que no había mala intención por parte de Javier Lence, que se tacha como total desconocedor de la legislación electoral, en el encargo de las fotocopias y que, en todo caso, no hubo fraude consumado, ya que el encargo de los impresos fue anulado antes de la intervención de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

A nivel nacional, se le resta importancia al tema dando a conocer a todos la facilidad con la que se pueden pedir estos impresos en correos o incluso descargar en varias páginas de Internet. Además, se solapa el tema atacando al gobierno central con el tema de ANV, la ley de partidos y ETA.





CRITERIOS DE ACTUACIÓN

1.- Un único mensaje

2.- Un único portavoz

3.- Un único tiempo


La comunicación se realiza en tiempo oportuno, pero no de manera oportuna ni en los términos oportunos. El tema se solapa de muy buenas maneras y se le resta importancia sin más, pero hay distorsión en el mensaje. Un mensaje poco sólido, muy naif o ingenuo, emitido por más de un portavoz, de los cuales alguno tienen la imagen muy deteriorada ya en los medios.


GESTIONAR LA CRISIS

Realmente la crisis de los votos por correo del PP, generada en Melilla, se lleva bastante mal, se reacciona tarde y no se gestiona como es debido. El PP regional le quita importancia al tema y se centra en la campaña electoral y en dar una buena imagen de partido y de gobierno, sólida y sin fisuras. El PP nacional, a través de Rajoy y Acebes, se dedica a atacar al Partido Socialista y a intentar centrar la atención en el tema de ETA, la ruptura de la tregua, el alto el fuego de la banda y la posible legalización de ANV. El que la magistrada encargada del caso archivara y encargara el sobreseimiento de la causa dio un respiro a la crisis que acabó bien gracias a tres factores posteriores: La renovación de la mayoría absoluta del PP en la Ciudad Autónoma de Melilla en los comicios del 27-M, los buenos resultados a nivel nacional del Partido Popular y su victoria en votos sobre el PSOE, y por último, las acusaciones vertidas sobre CpM (Coalición por Melilla, uno de los partidos de la oposición y denunciantes del caso de los votos por correo) por, también, posibles fraudes electorales.


CRONOLOGÍA DE LA CRISIS A TRAVÉS DE LOS TITULARES
DEL MEDIO IMPRESO MÁS LEIDO
EL PAÍS – Edición Impresa



14/04/2007
Una juez investiga en Melilla impresos de voto por correo falsos que encargó el PP La Guardia Civil detiene a los dueños del taller gráfico donde se elaboraron los formularios
Una juez de Melilla investiga la presunta falsificación de impresos de solicitud de voto por correo realizada en una imprenta por encargo del PP regional. Los responsables de la imprenta, que están detenidos, han declarado a la juez que fue el gerente regional de campaña del PP, Javier Lence, quien les encargó imprimir 1.000 formularios de forma que parecieran auténticos. Esos impresos sólo pueden expedirlos las oficinas de Correos, y la petición la debe hacer, en persona, cada interesado, según la Ley Electoral. Lence fue puesto ayer en libertad sin cargos. El PP subraya que no ha cometido ningún delito.


15/04/2007
La oposición acude al juez por el supuesto fraude electoral del PP en Melilla El presidente del Gobierno reclama desde Tenerife que no se utilicen métodos fraudulentos
Dirigentes del PSOE y de Coalición por Melilla, los dos partidos de la oposición en Melilla, anunciaron ayer que se personarán mañana como acusación particular en el caso de la presunta falsificación de un millar de formularios para el voto por correo encargados por el gerente del PP local, Javier Lence. El juez que investiga las presuntas irregularidades dejó a éste en libertad sin cargos tras tomarle declaración el pasado jueves.


15/04/2007
El gerente anuncia acciones legales contra EL PAÍS por revelar la investigación judicial
El gerente del Partido Popular en Melilla, Javier Lence, anunció ayer en rueda de prensa acciones legales contra EL PAÍS por publicar que un juzgado de Melilla investiga al PP por encargar a una imprenta impresos de voto por correo para las elecciones municipales y autonómicas, pese a que hay que pedirlos individualmente y es Correos quien los facilita, según la Ley Electoral.


16/04/2007
Posible fraude electoral al investigar la falsificación de etiquetas de un producto alimenticio
La Guardia Civil detectó el encargo por parte del gerente del PP de Melilla de copias del formulario oficial para el voto por correo como consecuencia de una investigación que ya estaba en marcha sobre presuntas irregularidades de la imprenta Marfeme.


16/04/2007
El PP canceló las copias de solicitud de voto dos horas antes de intervenir la Guardia Civil El original del formulario fue entregado al dueño de la imprenta en la sede popular en Melilla
El gerente del PP de Melilla, Javier Lence, entregó en la sede de ese partido a uno de los dueños de la imprenta Marfeme en presencia de otras personas el original del formulario de voto por correo del que le encargó 1.000 copias que parecieran auténticas. Lence canceló el pedido sólo dos horas antes de que la Guardia Civil entrara el pasado jueves en la imprenta y detuviera a sus dueños, Javier y José María Cerezo, según precisó uno de ellos al prestar declaración. El presidente de Melilla, Juan José Imbroda (PP), afirmó ayer que se trata de "una polémica absurda y con intereses bastardos".


17/04/2007
Una plaza donde cada voto cuenta para la mayoría absoluta del PP
Como en cualquier localidad pequeña, cada voto en Melilla es fundamental para ganar las elecciones. Así, cada voto indeciso suele ir a la mayoría a la que opta el PP, así como el favorecimiento de los votos en blanco.


17/04/2007
Acebes imprime formularios de Internet sin valor legal para defender al PP de Melilla La Ley Electoral y un documento del PP sentencian que cada ciudadano debe pedir su impreso
El PP se empeñó ayer en defender la legalidad de la actuación de su partido en Melilla, donde encargó a una imprenta 1.000 falsificaciones de un impreso para solicitar el voto por correo. Lo hizo, sin embargo, en contra de la legislación, que deja claro que ese impreso debe solicitarse personalmente, e incluso de sus propios comunicados. Uno del 15 de marzo señala: "Debes solicitar personalmente, con tu DNI y en cualquier oficina de Correos, el impreso". El PP se escudó en que se puede lograr una copia por Internet en la web de Interior. Sin embargo, el único documento válido es el que se entrega en Correos.


18/04/2007
"Llévate los que quieras, pero que lo entregue cada uno con su DNI"
Cuando se acude a una oficina de Correos para pedir la solicitud de voto por correo, los funcionarios no ponen ningún reparo a quien intenta llevarse más de un impreso.


18/04/2007
Un primo del presidente de Melilla pidió 500 impresos para votar por correo El juzgado tramita cuatro denuncias por el caso, una de ellas de la Junta Electoral
José Imbroda, primo del presidente del Gobierno de Melilla, tesorero del PP regional y vicepresidente de la autoridad portuaria de esta ciudad, acudió el pasado día 12 a la oficina de Correos e intentó hacerse con 500 impresos para solicitar el voto por correo, según informó ayer la cadena SER. Ha sido uno más de los diversos incidentes habidos con este sistema en la ciudad autónoma. Aparte de ese hecho, la Junta Electoral ha presentado una denuncia en el juzgado de guardia después de que un ciudadano no identificado intentara hacerse con una veintena de impresos en Correos.


18/04/2007
El voto por correo
El oscuro episodio de Melilla relacionado con los comicios del 27 de mayo pertenece claramente al mundo de la picaresca electoral.


19/04/2007
Rubalcaba niega que los partidos repartan impresos de voto por correo
Los partidos políticos no tienen facultad ni competencia para facilitar impresos para votar por correo.


20/04/2007
"Julia, dame tu DNI para votar por ti al PP" Una pensionista denuncia que una empleada de Melilla intentó que votase por correo
Julia Sánchez Casimiro, de 69 años, pensionista, ha asegurado que una empleada del servicio de ayuda a domicilio, dependiente del Gobierno local (PP), le pidió hace días su carné de identidad para poder votar por el PP en las elecciones del 27 de mayo.


21/04/2007
La Junta Electoral corrige a Acebes y dice que el impreso de Internet no sirve
La Junta Electoral Central acordó el jueves, en una reunión en Madrid, que los impresos que se pueden encontrar en Internet sobre el voto por correo no tienen ningún valor.


21/04/2007
Imputado el responsable de campaña del PP en Melilla por falsificación en documento público
La juez de Melilla que lleva el caso del supuesto fraude en la solicitud del voto por correo imputa al gerente de la campaña electoral del PP en esta ciudad, Javier Lence, un presunto delito de "falsedad documental en relación con un posible fraude electoral", según supieron ayer las partes personadas, tras el levantamiento del secreto del sumario. Hasta ahora, la dirección melillense del PP y el propio Lence habían mantenido que éste, tras prestar declaración el viernes 13 de abril, había sido puesto "en libertad sin cargos", en palabras del presidente del partido en la ciudad, Arturo Esteban.


22/04/2007
La fiscalía pide investigar posibles manipulaciones en el censo en Melilla El ministerio público quiere comprobar el sistema de voto por correo
El fiscal del caso de la supuesta falsificación de solicitudes del voto por correo en Melilla ha pedido a la juez Julia Adamuz nuevas diligencias, entre ellas una referida a que se consulte el censo electoral para comprobar si ha experimentado un aumento o variaciones sospechosas, según fuentes jurídicas.


22/04/2007
La juez de Melilla archiva la causa del voto por correo contra el criterio de la fiscalía La magistrada sostiene que no hubo dolo porque el PP suspendió el encargo a última hora
Julia Adamuz, titular del juzgado nú
mero 3 de Melilla, decidió ayer desoír las peticiones que le hacía el fiscal y acordar el sobreseimiento libre y el archivo de la causa sobre un posible delito electoral del gerente del PP de Melilla, Javier Lence. La juez entiende que, a pesar de quedar probado que Lence encargó a una imprenta 1.000 falsificaciones de las solicitudes de voto por correo, éste lo hizo por desconocimiento de que eso era contrario a la ley. Además, dice la juez, anuló el pedido cuando supo que era ilegal -cinco horas antes de la intervención de la Guardia Civil-. El PP exigió al PSOE que rectifique sus acusaciones.


23/04/2007
Trabajo sucio
En apenas dos semanas ha habido ocasión de constatar que en la estrategia del vale todo, el Partido Popular entiende que todo es, efectivamente, todo.


24/04/2007
"Pensaron que no era contrario a la ley"
Éstos son algunos extractos del auto de la juez Julia Adamuz, de Melilla: "Que José María Cerezo Fernández, Jaime Cerezo Fernández [dueños de la imprenta] y Javier Lence Siles [gerente del PP Melilla] no tienen la condición de funcionarios públicos.


25/04/2007
Cerezo: "El modelo original lo recibí en la sede del PP"
José María Cerezo, dueño de la imprenta melillense Marfeme, donde la Guardia Civil requisó 1.000 fotocopias de votos por correo.


25/04/2007
El PP acusa a los socialistas de dificultar el voto por correo
El secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, acusó ayer al PSOE y al Gobierno central de "dificultar" y "poner impedimentos serios" al voto por correo para las próximas elecciones. Sanz anunció que su formación denunciará ante la junta electoral central que las oficinas de Correos no disponen de los suficientes impresos para que todos los ciudadanos interesados puedan ejercitar este derecho.




25/04/2007
El fiscal sospecha que el PP pretendía alterar o influir en el voto por correo de Melilla La imprenta alertó a Lence de que los impresos habían salido "un pelín diferentes"
El pasado 11 de abril, víspera de que la Guardia Civil irrumpiera en una imprenta de Melilla para requisar 1.000 solicitudes de voto por correo encargadas por el gerente regional del PP, Javier Lence, el impresor informó al político de los defectos de su material respecto del documento original (el que entrega Correos). "Es un pelín diferente, porque es nuevo, pero eso, una vez que entre en juego y lleven tiempo, ya no se nota", le tranquilizó. La juez ha archivado la causa, pero el fiscal sostiene que con la maniobra de falsificación se podía "alterar o influenciar" el voto por correo usándolo como "un medio más de propaganda electoral".


26/04/2007
Archivo apresurado
El auto por el que una juez de Melilla ha archivado las diligencias sobre un supuesto delito de falsificación del formulario oficial del voto por correo, abiertas contra el gerente del Partido Popular en dicha ciudad, tiene todos los rasgos de una absolución anticipada que debería ser, en todo caso, resultado de un juicio.


26/04/2007
PROTESTA EN MELILLA
Unas 250 personas, convocadas por el PP, se concentraron ayer ante la sede del partido en Melilla para protestar por el perjuicio que, según ellas, ha sufrido esta formación al hacerse público el encargo de 1.000 copias falsas de solicitudes de voto por correo. El caso ha sido archivado por una juez.


28/04/2007
La fiscalía recurre el archivo del caso de los impresos del voto por correo en Melilla El ministerio público cree que hay "evidentes indicios" de un eventual delito electoral
La fiscalía, el PSOE y Coalición por Melilla (CpM) han recurrido la decisión de la juez Julia Adamuz de dar carpetazo a la supuesta falsificación de solicitudes de voto por correo encargada por Javier Lence, gerente electoral del PP en Melilla. Creen que la juez decretó el archivo y sobreseimiento sin practicar antes unas diligencias pedidas por el fiscal y, además, con la sola declaración del imputado. "Existen evidentes indicios de la eventual comisión de alguno o algunos delitos electorales (...) sin perjuicio de otra calificación que pudiera derivarse de la instrucción", dice el fiscal.


29/04/2007
Un joven de Melilla denuncia que el PP rellenó su solicitud de voto El denunciante afirma que los populares le prometieron un trabajo
Mohamed Kasem Mohamed, de 18 años, ha presentado una denuncia ante la policía asegurando que el pasado día 23 acudió a la sede del PP en Melilla, donde le pidieron el pasaporte y rellenaron su solicitud de voto por correo, que él firmó. La persona que según Kasem actuó así fue Abdelmalik el Barkani, consejero de Presidencia melillense. Tras rubricar el escrito, le dijeron que le llamarían para darle trabajo. El Barkani asegura que todo es "absolutamente falso", y anuncia acciones legales en defensa de su buen nombre.

lunes, 28 de enero de 2008

“Periodistas Infiltrados: De los Media Pool a los Embedded journalist”


"A ningún periodista honesto le gustaría describirse a sí mismo como "empotrado". Decir "soy un periodista empotrado" es como decir " soy un propagandista del gobierno".
Noam Chomsky


Los “embedded journalist” que se han venido a traducir al castellano como periodistas incorporados, empotrados, incrustados e incluso encamados; son periodistas asignados a una unidad militar, que realizan sus crónicas en el frente junto a las tropas en vivo y en directo.

Estos periodistas forman parte de la unidad militar a la que son asignados. Son un miembro más de la unidad, y como tales, deben respeto y obediencia a sus superiores en rango. Son preparados física, técnica, táctica, psicológica y militarmente para su incorporación al “combate”.
Sus noticias deberán pasar la censura del jefe de la unidad y su visión del conflicto estará supeditada a la visión subjetiva que de la guerra tenga esa unidad, dependiendo de su misión, situación, movilidad, espacio abarcado, tiempo empleado, cercanía con el epicentro del enfrentamiento, etc.

Hay quien ha llegado a decir que el primer periodista empotrado de la historia fue el gran escritor decimonónico Pedro Antonio de Alarcón.

El joven periodista granadino se enroló en la Guerra de África, que enfrentó en 1860 a España con Marruecos. El ensayista, quien deambulaba por las redacciones de los periódicos madrileños, era consciente del atractivo romántico de las guerras, y más aún al tener conocimiento de la aventura de algunos compañeros en 1853 en la Guerra de Crimea. Además, se trataba de Marruecos, y él pertenecía a un linaje que había hecho la Reconquista, con una intervención destacada en la batalla de Pavía. Por otra parte, el atractivo oriental, tan de moda en aquella época, le movía a iniciar tal empresa, en la que también encontró su carrera literaria.
Así fue como Pedro Antonio de Alarcón decidió enrolarse en el cuerpo expedicionario peninsular con destino a Ceuta a sus flamantes 26 años.
Pedro Antonio, corresponsal de ’El Museo Universal’, se alistaba en el batallón de cazadores Ciudad Rodrigo. Llevaba como armamento una espada española y un revólver al cinto, para defensa personal; y papeles, plumas, lápices y demás arreos de cronista ambulante. Una vez como soldado sumó un caballo, un asno y un criado. Llevó también un fotógrafo, con su cámara y demás útiles de arte, para recoger las mejores instantáneas de ciudades, paisajes e individuos, que ilustraran sus crónicas. Pedro Antonio quería ser el primer reportero en ofrecer imágenes del conflicto.
Las crónicas de Pedro Antonio se convirtieron en un éxito entre los lectores. La fama del escritor alcanzó su punto máximo cuando sus dietarios se recopilan en el libro ’Diario de un testigo de la Guerra de África’. Fue uno de los primeros ’best-sellers’ de la historia del periodismo español con una primera edición de 25.000 ejemplares.
Lo cierto es que en los conflictos de la época, finales del siglo XIX, donde la prensa y el periodismo comenzaban a tener gran importancia y amplia tirada dentro de las sociedades, eran muchos los soldados que redactaban crónicas de los conflictos o los periodistas o cronistas que se enrolaban con un bando u otro en las diferentes guerras para poder pulsar de cerca los entresijos y las vivencias de mayor calado en el conflicto.
Posteriormente en la Guerra Civil Española, va a cobrar gran importancia la figura del corresponsal de guerra y van a ser muchos los que se impliquen en un bando o en otro, sobre todo en el republicano. Llegando a entablar amistad con mandos civiles y militares, estando en bombardeos y asedios, y conviviendo temporadas enteras con milicianos y combatientes. Este fue el caso de grandes personajes del periodismo que han pasado a la historia por su buena o nefasta labor en “pro de la información”, tales como: Ernest Hemingway, Martha Gellhorn, Jay Allen, etc.
En la segunda guerra mundial damos con un fenómeno parecido. Con la entrada de los Estados Unidos en la guerra se llevó al límite la táctica de asimilación de los periodistas en la maquinaria militar. El propio comandante supremo Eisenhower había marcado la pauta cuando dijo que “es la opinión pública la que gana una guerra. Siempre he considerado a los corresponsales casi como oficiales acreditados ante mis cuarteles”.
Para llevar a la práctica la doctrina Eisenhower respecto a los corresponsales de guerra, no se escatimaron medios humanos o materiales. Sirva de ejemplo la auténtica revolución mediática operada en el Noveno Cuerpo de Ejército de los EEUU que de recibir a dos periodistas por semana en su base de Texas pasó a atender en Francia, y de forma permanente, a cincuenta corresponsales a los que proporcionaba alojamiento, transporte y comida, incluso una radio móvil para que pudieran transmitir a Londres sus crónicas, obviamente una vez censuradas.

Se trató de ofrecer las máximas facilidades para que los corresponsales de guerra se sintieran cómplices de lo que el ejército estadounidense hacía en Europa. Los propios generales estaban aleccionados en ese sentido y conocían perfectamente la dinámica interna de los medios de comunicación y en consecuencia el comportamiento de los periodistas.

A tal extremo llegó el deseo del alto mando estadounidense de atraerse las simpatías de los corresponsales que el general MacArthur autorizó que se les entregasen condecoraciones. Uno de los beneficiados fue Harry Gorrell Jr, de la agencia UP, al que se condecoró por asistir a un soldado herido durante un ataque aéreo.

A los periodistas les interesaba tener de primera mano las noticias sobre el transcurso de la guerra y para ellos era un reto y una gran ilusión el estar en el campo de batalla y formar parte de las maniobras bélicas y de la estructura castrense de la segunda gran guerra. Pero el mayor favorecido era el ejército de los EE.UU. que de esta manera tenía controlada a la prensa, daba la información sesgada y manipulada, censuraba cuanto le convenía y lograba centrar la atención en noticias más humanas, personales, de temas superfluos, desviando la atención de los problemas políticos, económicos y de defensa propiamente dichos.

La gran revolución del acercamiento de los periodistas al campo de operaciones se iba a producir en la Guerra de Vietnam (1958-1975), donde el Gobierno de los Estados Unidos dio permiso a un gran número de prensa libre para acceder al campo de batalla.

La guerra de Vietnam, al igual que en otros aspectos, se iba a convertir en un auténtico laboratorio de nuevas experiencias en el ámbito aquí analizado. Conviene recordar que, mientras en Corea no fueron más de 70 los periodistas norteamericanos que acompañaron a sus tropas, ahora, por vez primera, se permitiría la presencia de corresponsales integrados dentro de las unidades para realizar su trabajo, pero sin tener que someterse a ningún tipo de normas que pudiesen restringir su actividad profesional, de tal manera que, en muchas ocasiones, no sólo eran trasladados con medios de las FAS a los lugares donde deseaban trabajar, sino que tenían que ser protegidos de manera directa para que pudiesen alcanzar sus objetivos informativos. Seguían sin ser realmente periodistas integrados o empotrados, ya que, a pesar de ir integrados en unidades, no pertenecían a ellas, ni estaban subordinados a ellas, ni habían sido adiestrados por ellas.


En la guerra que a comienzos de la década de los ochenta enfrentaría a Argentina y Gran Bretaña por las Islas Malvinas, ocurrió un fenómeno muy curioso, vital para el desarrollo posterior del periodismo de guerra.

Las Fuerzas Armadas británicas eran las únicas que controlaban el acceso al teatro de operaciones, unas islas en el Atlántico Sur inaccesibles por otros medios que no fuesen los militares. Así pues, quien quisiese estar allí tendría que aceptar irrestrictamente las normas que impusiera el Ministerio de Defensa Británico.

Los únicos corresponsales autorizados a viajar a las islas junto a las fuerzas enviadas por la entonces primera ministra Margaret Thatcher fueron británicos. En los buques de la Armada no habría lugar para periodistas de países neutrales, ni siquiera de Estados Unidos, que apoyaba diplomáticamente al Reino Unido en su conflicto con Argentina. Pero no sólo eso, incluso algunos corresponsales británicos fueron vetados, especialmente los que no estaban respaldados por ningún medio. Sabedor de que es más fácil controlar a periodistas que están unidos laboralmente a una empresa a la que deben rendir cuentas y a la que igualmente se puede presionar, los free lance quedaron así excluidos de ese exclusivo pool o grupo de periodistas seleccionado por el aparato de censura y propaganda.

Oficialmente, la selección de los participantes en un pool es aleatoria y responde a la imposibilidad material de los ejércitos de atender a todos los corresponsales. Con frecuencia, sin embargo, son las consideraciones propagandísticas, empresariales y hasta de amistad las que finalmente imponen la presencia de unos u otros.

A cambio de su inclusión en un pool, los informadores y las empresas para las que trabajan se comprometen a compartir el material con los excluidos. Los aparatos de censura y propaganda suelen dejar en manos de las empresas la forma de hacerlo, lo que siempre acarrea problemas en virtud de la competencia entre las mismas. Esa concesión a las empresas no es gratuita pues suele favorecer al aparato de censura y propaganda en caso de tratarse de informaciones negativas para sus intereses ya que en razón de esa habitual falta de acuerdo entre las empresas, la difusión será menor. Es por tanto, una forma indirecta de censura. Por el contrario, si las informaciones sometidas al pool son positivas y el acuerdo entre medios no funciona, basta con emitir un comunicado y proporcionar material gráfico captado por los propios fotógrafos y operadores de cámara del aparato de censura y propaganda para multiplicar la difusión.

En total fueron acreditados con las fuerzas militares desplazadas a Malvinas diecisiete corresponsales. Como ya se hizo en la Primera Guerra Mundial, antes de partir fueron obligados a firmar una declaración en la que se comprometían a respetar las normas de la censura militar. A diferencia de otros conflictos en los que esa exigencia no deja de ser formal, en este caso los firmantes sabían que la censura se aplicaría y no sólo por voluntad. El hecho de estar embarcados suponía que la única forma de hacer llegar sus crónicas e imágenes a Londres era a través de la utilización de los sistemas técnicos de los propios buques de guerra de la Armada británica. Aunque a regañadientes, no hubo medio de comunicación que no aceptase estas rígidas normas, la alternativa era cubrir la guerra únicamente desde la retaguardia a través de los comunicados oficiales que se distribuirían en Londres una vez al día.

Los medios de comunicación no británicos intentaron fletar barcos para que sus periodistas pudiesen acercarse a la zona. Sin embargo, muy pronto desistieron de esa idea al comprobar los desorbitados precios que exigían los armadores y, sobre todo, cuando el Reino Unido advirtió de que sus fuerzas abrirían fuego contra cualquier barco que entrase a la zona de exclusión. Otra vez las características del teatro de operaciones jugaban a favor del aparato de censura y propaganda y de la táctica del pool.

De esa forma el Reino Unido consiguió ocultar hasta el final de la guerra algunos hechos que de ser conocidos por la opinión pública en ese momento habrían perjudicado a los británicos, como ciertos ataques sufridos por sus barcos o la avería del Invencible nada más salir del puerto de Portsmouth.

Con una clara estrategia de información y propaganda favorecida enormemente por el tipo de guerra que se libraba, el Gobierno británico logró aquello que siempre se propone la censura: convertir en material para los historiadores un hecho que en caso de ser conocido por la opinión pública en tiempo real puede perjudicar los intereses militares del momento. Los trabajos históricos tienen poca audiencia y se conocen con mucha posterioridad, los periodísticos impactan a millones de personas y de inmediato.

Hoy los medios de masas y la multiplicación industrial de la imagen han desplazado el territorio de la guerra. Antes los hechos militares se desarrollaban en territorios limitados y sus efectos llegaban a las poblaciones civiles lejanas a través de los medios como una onda retardada. Hoy, en las llamadas “nuevas guerras”, la acción está más circunscrita que nunca. Estamos muy lejos de las “guerras mundiales” en un sentido espacial. Sin embargo, sí podemos hablar de una guerra universal de la información en la que desaparece la diferencia entre táctica y estrategia, pues la batalla (táctica) multiplicada a través de los medios y de la imagen adquiere categoría estratégica.


En la Guerra del Golfo de 1991 los periodistas fueron encuadrados en “pools”. En realidad, éstos habían nacido ya en los años ochenta. Durante la guerra Irán‑Irak el Pentágono puso en marcha por primera vez la experiencia de un "National Media Pool" sobre el modelo de lo hecho por los británicos en las Malvinas. Estos grupos de periodistas se organizaron para acompañar a las naves de guerra americanas que patrullaban en aguas del Golfo Pérsico durante el verano de 1987. Las reglas a las que debían someterse eran muy rígidas y fueron el antecedente de similares experiencias en Grenada, Panamá y en la Guerra del Golfo de 1991. Entre ellas podemos destacar el carácter no competitivo de esta "asociación" de periodistas, en la que todo el material obtenido debía ser compartido y su obligación de someterse a las normas militares en todo momento, además de no poder transmitir ningún tipo de información fuera de los canales militares previamente establecidos.

Aunque sin una doctrina elaborada, también responde al espíritu de estos "Media Pool" el transporte de grupos de corresponsales por medios militares hasta el teatro de operaciones en la invasión de Grenada en 1983. A lo largo de los años ochenta se organizaron estos "Media Pool" con periodistas profesionales para hacerlos participar en distintas maniobras de la OTAN. El primer "Media Pool Exercise" se celebró en abril de 1985 durante cinco días en las bases en Honduras, aún se celebraron otros dos dentro de ese mismo año. Y así sucesivamente.

En la Guerra de Irak de 2003, sin embargo, los periodistas fueron “incrustados” en las unidades militares atacantes “embedded”. Nacía aquí el término “periodista empotrado o periodista incrustado”. Algo parecido a lo que había pasado en la Segunda Guerra Mundial, Corea o Vietnam, pero con matices nuevos y con una mayor puesta en escena del aparato de censura y control de la información.

A diferencia del conflicto de 1991 había también periodistas en todas las grandes ciudades iraquíes, sobre todo en Bagdad. También en el conflicto de Kosovo los periodistas occidentales siguieron informando desde la Belgrado bombardeada. Sometidos, como en Bagdad, al control de las autoridades locales. Esta dualidad de periodistas de los medios de las potencias atacantes en la retaguardia “enemiga” es un fenómeno verdaderamente nuevo de nuestros tiempos. Tiene un antecedente inmediato, la invasión de Panamá para desalojar del poder a Noriega y capturarle. Vale la pena recordarlo.

Cuando comenzó la invasión, el 20 de diciembre de 1989, ocho periodistas viajaban en uno de los aviones de transporte del ejército norteamericano. Todos ellos eran miembros de la Agrupación Nacional de Corresponsales surgida de la Comisión Sidle. Pensaban llegar al escenario de la batalla a la vez que las tropas, y presenciar y cubrir la información del derrocamiento del régimen del general Manuel Antonio Noriega. Sin embargo, llegaron cuatro horas después del comienzo de la lucha y no pudieron enviar sus primeros informes hasta seis horas después. Durante los cuatro días que permanecieron en Panamá, sus movimientos fueron controlados estrechamente. Oyeron los disparos pero no presenciaron casi ninguna escaramuza; salvo en una ocasión, cuando uno de los conductores militares equivocó el camino. Cuando regresaron a la base americana, sede del Mando Sur de la Defensa su frustración y su descontento eran patentes. Pero también los militares se quejaban. Los militares afirmaban que habían malgastado medios de transporte y otros medios logísticos de gran importancia para las operaciones militares en aras de la prensa.

Así pues, en la Guerra de Irak del 2003 los periodistas han tenido un papel muy distinto que en la Guerra del Golfo de 1991 y en otros conflictos recientes.

Este concepto de periodistas empotrados es la mejor opción que el aparato propagandístico estadounidense ha encontrado para conjugar guerra e información en la actualidad.

Esta nueva concepción del corresponsal de guerra viene dada después de probar el desastre mediático de Vietnam, de intentar asimilar el “pool” británico y tras las enormes críticas sufridas al término de la Guerra de Afganistán en 2001, donde no se dejaron sacar imágenes del conflicto y las noticias eran difundidas directamente por el ejército de los EE.UU. sin dar opción a la sociedad a tener otra fuente.

Este nuevo tipo de corresponsales de guerra han sido tan criticados como alabados y sobre ellos se han vertido gran cantidad de opiniones de todos los colores. Pero la idea más generalizada es que los periodistas empotrados sólo favorecen al bando en el que van enquistados.

Grandes sectores de los principales medios de comunicación estuvieron demasiado cerca del Ejército estadounidense en Irak y como resultado de ello hicieron una cobertura "entusiasta" que careció de credibilidad y que mostró una guerra muy particular que en ningún caso se parecía a la idea global del conflicto.

Hacen falta los periodistas empotrados y la comunicación para favorecer la política. La decisión de seguir una batalla empotrados y supeditados rompe los cánones del periodismo, porque el periodista debería ser libre para elegir e independiente de cuanto observa a su alrededor.
Hay una transformación en las “nuevas guerras” o guerras contemporáneas entre técnica, táctica y estrategia informativa. Este tipo de desinformación acabará por convertirse en censura y propaganda, intentando modificar las opiniones de los receptores, y no ayuda a entender las guerras. Ningún periodista puede tener la verdad absoluta del conflicto, pero menos aún si está dentro de una sección o unidad que tiene una misión concreta.

De todas formas, el periodista empotrado sería un grave problema si fuera el único modo de contar una guerra. Pero puede llegar a ser un buen complemento. Aunque los embedded tienen limitaciones claras, ayudan mucho a comprender aspectos concretos de los conflictos.

Entre las ventajas de este nuevo tipo de reporteros están: el acceso directo a las batallas y a los campos de operaciones, la rapidez de llegada de las noticias a los propios periodistas y de estos a las agencias y los medios, la protección y ayuda que la unidad específica da a sus periodistas y el aprecio, la amistad y la simbiosis en general que se crea entre prensa y ejército. Viviendo con los militares se llega a entenderlos, conocerlos y valorarlos.

Esto también lleva a producir la impresión de que algo importante sucede, cuando no sucede en realidad. Y empiezan a funcionar en prensa las historias de interés humano, así como las vidas y entrevistas de militares y soldados y los reportajes de su día a día en el frente. Esto ocurrió con la grandísima periodista italiana Mónica Maggioni. Ella se vio totalmente influenciada por su sector militar. El comandante de su unidad era su comandante y los soldados eran sus compañeros y amigos. Maggioni se convirtió en parte de la cadena de comando, no en una reportera de guerra.

Realmente, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, los periodistas empotrados acaban por convertirse en becarios de las fuerzas armadas y no en observadores críticos de las mismas, y esa no es ni mucho menos una solución en busca del consenso y la aceptación mutua.

Como diría el gran maestro Nicola Labanca: “El periodista empotrado nos cierra los ojos, pero nos hace creer que estamos viendo muchas cosas que además nos interesan y nos son indispensables. Y la libertad en trajes estrechos no es libertad.”


“Tenemos que desempotrar a los medios, algo que el Pentágono considera un éxito, pero que es mortal para la independencia de la información”.
Amy Goodman

Propaganda y Comunicación de Guerra: Sus costes reales


“Me gustaría cuantificar los gastos y computar los costes reales de las operaciones bélicas y los costes en comunicación y propaganda.”
Alejandro Pizarroso


“La propaganda es un arma más en las guerras y como tal su coste real se computa en vidas humanas.”
Blasco de Avellaneda


“No se da una guerra sin preocuparse antes de la comunicación. Es imposible establecer un conflicto, una actuación militar, etc.; sin mirar antes a la propaganda, la comunicación y los medios.”
Nicola Labanca


“La guerra es un asunto de importancia vital para el Estado. Por lo tanto, júzgala en función de los cinco factores esenciales (…) El primero de esos factores es la influencia moral (…) Por influencia moral entiendo lo que hace que el pueblo esté en armonía con sus dirigentes, al punto de acompañarlos en la vida y en la muerte, sin temor de peligro mortal. (Influencia moral es la que hace que el pueblo esté de acuerdo con sus superiores… Ts’ao Ts’ao dice que el pueblo es guiado por el recto camino [de conducta] “instruyéndolo”) (…) Todo el arte de la guerra está basado en la impostura [calumnia, engaño]. Por lo tanto, si eres capaz, finge incapacidad; si activo, inactividad. Cuando estés cerca, aparenta estar lejos; cuando estés lejos, que estás cerca.”

Estas palabras las escribía Sun Tzu en el siglo V antes de Cristo. Y hasta el día de hoy no han perdido el sentido. El gran arte de la guerra está basado en el engaño, en la suposición, en la exageración, en la desinformación, es decir, en la comunicación y la propaganda belicista. Y esto es así, para poder dominar el primero y más importante de los factores esenciales para la guerra, que no es otro que la influencia moral, es decir, la opinión pública.

La comunicación persuasiva es inherente a la propia evolución del ser humano. Desde siempre estuvo presente en las sociedades, en diversas formas, con la intención de transmitir ideologías u opiniones con objetivos claros y determinados.
Esta propaganda y comunicación de guerra, no es más que eso: el uso planificado de difusión, divulgación, desinformación y otras acciones orientadas a generar opiniones, emociones, actitudes y comportamientos en grupos extranjeros, enemigos, neutrales y amigos, de tal modo que apoyen el cumplimiento de fines y objetivos nacionales.

Este potencial de la propaganda de guerra ha crecido de manera desmesurada a lo largo del siglo XX, y entra en el siglo XXI con fuerza avasalladora. En la Sociedad de la Información, la industria de la persuasión gesta procesos propagandísticos globales a las órdenes del poder dominante.

Esto es así, sin comunicación y propaganda no es posible imaginar una guerra, no sería viable en ningún caso. Pero, el problema que se nos plantea es ¿Cuál es el coste de esa propaganda y comunicación de guerra? Sabemos cual es el coste de un carro de combate, de un misil tierra-aire, de un uniforme militar, de una munición específica. Incluso un niño pequeño hoy en día sabría que las armas más famosas del mundo se pueden conseguir en numerosas páginas de Internet, y que una Beretta 92 9mm Parabellum cuesta entre 80 y 90 € o un AK 47 “Kalashnikov” del orden de 120 a 150 euros en páginas españolas que ofertan en la red de redes réplicas exactas e incluso armas de fuego reales.


Pero ¿Cuánto cuesta el conjunto de técnicas utilizadas para manipular la información conservando su verosimilitud con el fin de influenciar sobre la opinión y las reacciones de las gentes? Hay que tener en cuenta que no hablamos sólo del coste de los discursos de un presidente de Estado y su emisión en los medios de comunicación. Hablamos de comprar medios de comunicación, de manipularlos, de pagar a periodistas para que difundan tal o cual mensaje, de campañas de comunicación y propaganda extensas y, en muchos casos, subversivas; panfletos, aviones, vuelos estratégicos, mantener contenta a la tropa, convencer a los jóvenes para que se alisten, tener a las familias de los combatientes satisfechas, suplir las pérdidas humanas, marketing de estado, publicidad belicista, lanzamiento de radios, creación de información, de mensajes y de mass media, departamentos de psicología, diseño corporativo, mantenimiento de paginas webs, etc. ¿Cómo podemos cuantificar los costes reales de la manipulación, la propaganda y la desinformación? ¿Debemos incluir dentro de estos costes los costes humanos, las vidas humanas, los heridos, los “daños colaterales”? Y aunque nos fuera posible hacer estos cálculos ¿Qué pasa con el dinero destinado a operaciones y funciones no clasificadas? ¿Y con los gastos que suplen empresas privadas que se dan la mano con el gobierno de turno?



EE.UU.

Los Estados Unidos de América, la primera potencia mundial y el Imperio dominador del Mundo y de la política capitalista, el referente de la sociedad occidental y el defensor de los derechos y de las libertades, se ha erigido como “pacificador” y encargado del orden mundial. En su lucha por las libertades y en contra del terrorismo y del “eje del mal” es el país que más dinero gasta en armamento y en política de defensa. Y por supuesto, es el país que más, mejores y más costosas campañas de desinformación y propaganda belicista realiza. Es un referente para este tipo de estudios.
La campaña lanzada por la Administración Bush después del 11 de septiembre se desarrolla en múltiples niveles, con tácticas militares y no militares, dentro y fuera de EE UU. Los atentados fueron vistos, por los distintos grupos conservadores aglutinados en torno al presidente, como la oportunidad para lanzar una estrategia encaminada a reforzar su hegemonía global en base a una política exterior militarizada y unilateral. A la vez, sirvieron para proyectar a un presidente cuestionado por las dudas sobre los resultados electorales del año 2000. A partir de entonces se convirtió en el “comandante en jefe” y en un presidente de guerra, estrategia que fue eficaz para ganar la reelección en 2004. El éxito no hubiera sido posible sin una hábil campaña de propaganda, desinformación y ocupación del espacio mediático a la que sucumbieron la mayoría de los medios de comunicación en Estados Unidos y también otros fuera de sus fronteras.

La estrategia de la Administración Bush se libra también en el ámbito de la información y la propaganda y sus defensores han trabajado mucho para generar soporte teórico que la fundamente. La imagen de una América superior moralmente y atacada por enemigos sin escrúpulos se ha reforzado por los discursos del presidente Bush y varios de sus colaboradores, cuyas intervenciones adquieren tintes totalizantes y milenaristas. “Ésta será una lucha monumental del bien contra el mal, pero el bien prevalecerá”, dijo George W. Bush al día siguiente de los atentados. Esta decisión permitió imponer la lógica de “o con nosotros, o contra nosotros” que, al plantear el conflicto en términos morales absolutos, descalificaba cualquier intento de analizar las causas de la violencia y abordar sus raíces y motivaciones. “Cada nación, en cada región del mundo, tiene ahora que tomar una decisión: están con nosotros o con los terroristas”.

A raíz del 11 de septiembre, cuando se estaba preparando la represalia en Afganistán, la administración americana anunció a bombo y platillo la creación de una “Oficina de Influencia Estratégica” en Washington cuya misión, que no se molestaron en disimular, era la de dirigir a la opinión pública a través de los medios, incluso a través de la intoxicación. En febrero del 2002 fue desactivada, dando paso a una nueva institución: la “Oficina de Comunicación Global” con sede en la Casa Blanca.

Asimismo, las Fuerzas Armadas estadounidenses cuentan con una unidad o regimiento de operaciones psicológicas, cuyo cuartel general está en Fort Bragg, Carolina del Norte. El 4th Psychological Action Group. Su misión es, evidentemente y sin empacho, la actividad de propaganda. Elaboran mensajes persuasivos pensados para ser dirigidos a “blancos” civiles muy determinados y disponen de medios suficientes para su distribución.

Toda esta propaganda y desinformación supondría un coste grande, pero no desmesurado, si nos quedáramos con lo dicho hasta ahora. Son gastos medianamente justificados y tipificados “en su mayoría” en los presupuestos anuales de la Casa Blanca y el Pentágono. Pero EE.UU. no juega limpio.

EEUU paga a periodistas que trabajan en los medios y contrata empresas de relaciones públicas que convierten su propaganda de guerra en “información positiva”. Pese a su control de la gran prensa, el gobierno de George Bush desea “noticias” más favorables a su política imperial y paga para que los medios mientan mejor.

EEUU contrató de nuevo a The Rendon Group por 20 millones de dólares para que la prensa mundial mejore la imagen de su presencia en Irak. Simultáneamente, una decena de conspicuos periodistas de Florida, incluidos tres de El Nuevo Herald, recibieron pagos por asistir a programas de Radio y TV Martí, instaladas en Miami por el gobierno de EEUU para socavar a la revolución cubana.

Radio y TV Martí han recibido este año 37 millones de dólares del gobierno Ambas estaciones no transmiten dentro de EEUU porque lo impide la ley. Se supone que todos los beneficiarios de los pagos son anticomunistas convencidos, que además perciben buenos salarios en sus respectivos trabajos.

Los pagos fueron descubiertos por The Miami Herald Media Co., la casa matriz del diario más afectado, El Nuevo Herald, que se publica en castellano. Según documentos oficiales solicitados por la empresa el 15 de agosto, invocando la Ley de Libertad de Información, cientos de miles de dólares fueron percibidos durante años, entre otros, por el propagandista Carlos Alberto Montaner, quien publica en El Nuevo Herald, The Miami Herald y en casi toda la red de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Entre el resto de recipiendarios de pagos financiados por los contribuyentes estadounidenses hay tres periodistas de El Nuevo Herald: Pablo Alfonso (175 mil dólares desde 2001), Olga Connor (71 mil dólares) y Wilfredo Cancio Isla (15 mil dólares en los últimos 5 años). La casa matriz despidió a los tres.

EEUU dice que ellos contratan a grandes empresas de relaciones públicas, como Rendon o Hill & Knowlton, para investigar las tendencias en las corrientes de opinión pública y controlar la circulación de información interna y externa. Por lo que, se trata de una manipulación consciente e inteligente de los hábitos.
Estados Unidos había gastado más de 520.000.000 de dólares para el esfuerzo conjunto de la comunicación gubernamental nada más empezado el conflicto de Irak. De ellos, unos 200.000.000 fueron aplicados directamente en la campaña de propaganda y desinformación contra Irak. Estas cifras demuestran un aumento en los recursos destinados a la propaganda, y en particular a la de carácter bélico.

La invasión de Irak se presupuso que costaría unos cien mil millones de dólares. Esto viene a ser entre el 1% y 2 % del PIB de los Estados Unidos. De esta partida entre el 0,5% y el 1% sería el dinero destinado a la campaña de comunicación y marketing, es decir, entre quinientos y mil millones de dólares. Que ya es dinero.
Lo cierto es que a día de hoy la guerra ha costado en términos económicos entre 430 y 500 mil millones de de dólares, cinco veces más de lo estimado. Y se calcula, según analistas y economistas, que el gasto en propaganda, desinformación, pago a periodistas y medios, lanzamiento de radios y panfletos, marketing y publicidad, creación de medios, distribución de ondas, paginas webs, control de la información, represión comunicativa, captación de reclutas, y así un largísimo etcétera podría ascender hasta el 40% de esa desorbitada cifra. O lo que es lo mismo, entre 170 y 200 mil millones de dólares.
Además, hay que tener en cuenta que la política de defensa de los EEUU no se basa sólo en la invasión y restauración de Iraq. Habría que añadir gastos en I+D militar, Fuerzas Armadas, Seguridad Nacional, Seguridad del Territorio Nacional y contra el Terrorismo, etc.
Asimismo, tendríamos que tener en cuenta conceptos como el aumento el año pasado en casi 4 billones de dólares de la partida presupuestaria para “proyectos clasificados” no específicos del Pentágono. Gran parte de este dinero destinado a proyectos clasificados y funciones no clasificadas van para la propaganda y desinformación de los mismos.

Y lo que nunca podemos olvidar son los costes humanos. Que de ellos tanta culpa tienen las balas como la propaganda, la comunicación y la desinformación de guerra. Haciendo una media estimada entre los datos del Pentágono y los de la Iraq Body Count, podemos decir que desde marzo de 2003 hasta mayo de 2006, por parte estadounidense habían perdido la vida más de 2.500 soldados y más de 15.000 han resultado heridos o mutilados. Por parte del bando iraquí, la suma de civiles, militares e insurgentes dan la escalofriante estimación de entre 120.000 y 160.000 muertos y entre 200.000 y 300.000 heridos o mutilados.


ESPAÑA

En España, al igual que en el resto del mundo, se da el fenómeno de la propaganda y la comunicación de guerra, pero en menor medida que en EEUU, por ejemplo, ya que nuestro país no se encuentra sumido en guerras y que la labor de nuestras fuerzas armadas fuera de las fronteras nacionales suele ser de reconstrucción de países y misiones de paz y control.

Con todo y con esto hay que decir que la partida del Ministerio de Defensa destinada a publicidad y propaganda para 2004 fue de 18.820.000 euros, un 6,1% más que en el año anterior. De todas formas, al no estar sumidos en conflictos bélicos, la proporción en la que aumenta el gasto de la propaganda es mucho menor que el aumento en I+D militar que es la base, junto con el mantenimiento de las Fuerzas Armadas (sueldos) y de las misiones de paz, de nuestros gastos en defensa.


De todas formas es bueno ver esta tabla para saber la tendencia de gastos que sigue España en materia de Seguridad y Defensa y para comprobar que incluso teniendo datos concisos ya presupuestados, la manipulación de la información puede ser escandalosa:

Presupuestos generales de estado 2007 (cifras en miles de €)

MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA
Investigación y desarrollo de la Sociedad de la Información
1.300,00
Cobertura informativa
18.329,76
Publicidad de las normas legales
31.293,54
MINISTERIO DE DEFENSA
Investigación y desarrollo de la Sociedad de la Información
3.900,00
Apoyo Logístico y complementario
1.732.481,60
MINISTERIO DEL INTERIOR
Investigación y desarrollo de la Sociedad de la Información
5.025,87
Elecciones y Partidos Políticos
235.122,36
MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES
Acciones del Estado en el exterior
556.131,10

Cooperación, promoción y difusión en el exterior
104.191,97

Investigación y desarrollo de la Sociedad de la Información
6.304,00
GASTOS AÑADIDOS
Investigación y desarrollo de la Sociedad de la Información
1.400,00
Imprevistos y funciones no clasificadas
2.078.724,50
Fondo de contingencia de ejecución presupuestaria
2.858.514,00

FUENTE: Ministerio de Economía y Hacienda de España

Esta tabla muestra los presupuestos del gobierno del año pasado (2007) en gastos de propaganda e información de todos los ministerios y departamentos dedicados, tanto por entero como de manera complementaria o indirecta, a la defensa y la seguridad nacional. Según los mismos, el total de gastos en comunicación, publicidad, propaganda, información, imprevistos y funciones no clasificadas de los departamentos del Gobierno que actúan en la defensa, la seguridad y los intereses españoles en el extranjero sería de 7.632.718.000. Es decir, que los gastos específicos para la defensa serían de un 50,67 % y los gastos para propaganda y desinformación de un 49,33 %, estando prácticamente equiparados sin estar en guerra, ni sumidos en ninguna campaña bélica.

Pero todo esto es muy relativo y fácilmente de manipular, porque ¿que es comunicación, propaganda, información, marketing, relaciones públicas, etc.? ¿Hemos de sumar los fondos reservados? ¿Debemos sumar a los gastos en propaganda e información en materia de defensa los de otros ministerios distintos al relativo exclusivamente a Defensa? ¿Los gastos en trípticos, ordenadores, instalación de antenas, psicólogos, instalaciones de radio, cartelería o cursos realizados por cualquier departamento de defensa y no especificados en los presupuestos debemos añadirlos? ¿Es eso directamente y con intencionalidad propaganda, divulgación y desinformación?

Si tenemos en cuenta exclusivamente los gastos del ministerio de defensa y comparamos la tasa, en lo que a defensa concretamente se refiere, y la que se destina a información y publicidad, nos sale menos de un 0,1% de gastos para este fin.
En cambio, si a esos gastos les sumamos los gastos para imprevistos y funciones no clasificadas, los gastos del fondo de contingencia, los gastos de promoción exterior y todos los gastos realizados por el gobierno en información, publicidad, marketing, promoción y cobertura informativa de los distintos ministerios y departamentos que trabajan de una manera u otra por la defensa del país y la seguridad nacional, llegamos al increíble 49,33% de gastos generales en propaganda y desinformación, respecto a los gastados específicamente en defensa (armamento, ejército, I+D militar, etc.) Esto quiere decir que en España, ahora mismo, en este año 2007, en un país europeo que no está sumido en ningún conflicto armado, el gasto en propaganda y desinformación militar, de guerra y defensa” estaría entre 8.862.330 € y 7.840.140.760 €. Aunque este estudio tenga como base los presupuestos generales del estado para 2007, es muy relativo y abre un abanico de posibilidades excesivamente grande sobre el concepto de la propaganda y la información y su financiación y repercusión económica.

Los grupos antimilitaristas y los medios contrainformativos y antisistema de España cifran el gasto en propaganda y comunicación militar en torno al 1% del total del presupuesto de defensa, es decir entre 70 y 100 millones de euros.

Es muy difícil calcular con exactitud el coste de la propaganda y la comunicación de guerra en cifras exactas. Analistas estadounidenses aseveran que en las guerras modernas, dependiendo del conflicto y de los intereses específicos que en él se muevan, podemos hablar hoy en día de un gasto aproximado de entre el 30% y el 40% del gasto total de un bando en dicha contienda.

Pero lo que si es seguro es que el tanto por ciento del gasto en estos conceptos es cada vez mayor tanto en los estados en guerra como en los que permanecen neutrales, y que la tendencia para el futuro es que estos factores se vayan equiparando con los gastos específicos en ejército y armamento. La propaganda y la comunicación son los primeros agentes en un estado prebélico y posbélico y unos de los más importantes en una guerra en curso, y seguirán siéndolo y seguirán aumentando sus presupuestos y partidas de capital.



“No sé que armas se utilizarán en la tercera guerra mundial, solo sé que en la cuarta se volverá a los palos y las piedras”
Einstein


“La primera baja cuando empieza la guerra es la verdad”
Hiram Jhonson


“Una nación en guerra debe rodearse de una guardia de mentiras”
Wiston Churchill



BIBLIOGRAFÍA

HUICI MÓDENES, A.; Los heraldos de acero: la propaganda de guerra y sus medios, Sevilla, España. Comunicación Social, Ediciones y Publicaciones, 2004.

PABLO SAPAG M.; Historia y Actualidad de los Corresponsales de Guerra.

PIZARROSO QUINTERO, A.: Historia de la Propaganda. Notas para una estudio de la propaganda política y de guerra, Madrid, Eudema, 1993

SUN TZU, El arte de la guerra, Buenos Aires, Argentina. Editorial Troquel, 1996

VV.AA. Nuevos temas de comunicación, Madrid, Fundación General de la Universidad Complutense, 2006.

Hemeroteca e Internet: El País, El Mundo, Libertad Digital, ABC, RTVE, IUISI (Instituto Universitario de Investigación Sobre Seguridad Interior), IEEE (Instituto Español de Estudios Estratégicos) y Real Instituto Elcano, http://www.whitehouse.us/, http://www.whitehouse.gov/, http://www.nationalpriorities.org/, http://www.ipsnoticias.net/ (Inter Press Service News Agency), http://g021.lib.uic.edu/dept/ (Departamento de Estado de los Estados Unidos), http://www.nodo50.org/ (contra información en la red), http://www.contrainformacion.net/ (noticias alternativas).